¿Por qué no te callas?

Lo que ocurrió ayer en la cumbre iberoamericana me va como anillo al dedo porque desde hace días pensaba escribir algo sobre la historia de la democracia. Ver a un representante del linaje real decirle a un representante de la… ¿democracia? “¿Por qué no te callas?” fue para mi bastante impactante. En el mundo, tanto el Rey Juan Carlos I y el presidente Hugo Chávez, son calificados de maneras dispares. El Rey Juan Carlos es vitoreado masivamente en Ceuta y Melilla, y al mismo tiempo también quemada su imagen por una minoría en Catalunya, aunque el republicanismo me atrevería a decir que es de un colectivo mucho más amplio. Y Hugo Chávez es catalogado por algunos como demócrata y progresista, y por otros como un dictador y un demagogo. Como mínimo a Chávez le fallan las formas, sino es que le falla algo más…

Lo que le dijo Zapatero en la cumbre está muy bien: “Presidente Hugo Chávez, creo que hay una esencia y es que para respetar y para ser respetado, debemos procurar no caer en la descalificación. Se puede discrepar radicalmente de las ideas, denunciar los comportamientos, sin caer en la descalificación. Lo que quiero expresar es que es una buena forma de poder trabajar entendernos en favor de nuestros pueblos, que nos respetemos, a los representantes democráticos, … Creo que es un buen principio y deseo fervientemente que ése sea un código de conducta, porque las formas dan el ser a las cosas, y se puede discrepar radicalmente de todo respetando a las personas, ése es el principio para que uno luego pueda ser respetado.”, aunque yo creo que no es suficiente con ser elegido democráticamente, hay que ser demócrata en cada mandato de cuatro años, no sólo durante las elecciones, a veces esto no ocurre así, sea Chávez, Aznar, Bush y tantos otros. Alguno ni siquiera es demócrata durante las elecciones, todavía recuerdo como acabaron las últimas elecciones generales de EEUU…

Lo que hizo Zapatero defendiendo a Aznar y actuando tan cuidadosamente con Chávez me recuerda a las palabras de Voltaire: “No estoy de acuerdo con tus ideas, pero lucharé para que puedas expresarlas”, por otro lado con Chávez parece que volvió a utilizar las ideas del “Tratado de la Tolerancia” del escritor y filósofo francés que en resumen indican que la tolerancia proporciona paz y prosperidad a la sociedad y que los gobernantes intolerantes lo único que provocan son guerras y disturbios: lo único intolerable es la intolerancia. Por cierto, el próximo 16 de noviembre es el día internacional para la tolerancia. Estas cosas tendrían que ser todos los días…

Para hablar de la democracia tenemos que empezar por los griegos, y es que lo que los griegos nos han dejado supera ampliamente la herencia de cualquier civilización comparable. A partir del 700 a.c. en Grecia desapareció durante un largo periodo el linaje real que en tiempos de Homero había constituido la norma política habitual, esto dio paso al desarrollo de las ciudades-estado donde todos los ciudadanos participaban en el gobierno. Hay que tener en cuenta que en esa época los ciudadanos no eran el total de la población, sólo eran considerados ciudadanos los hombres libres, así las mujeres, los esclavos, los extranjeros, no participaban en política. Aun así, teniendo en cuenta que no es correcto comparar civilizaciones con los parámetros actuales, fue un gran avance que miles de personas participaran en la política y el gobierno de las ciudades-estado, dejando atrás las monarquías absolutistas y los sistemas de gobierno autoritarios. El poder de las asambleas era muy destacado, la asamblea se reunía una vez al mes y en ella cualquier ciudadano podía pronunciarse y realizar las propuestas que considerase. Con las asambleas de más de cinco mil ciudadanos apareció la necesidad de crear los comités que preparaban los asuntos. Estos comités llamados la boule estaban constituidos por quinientos ciudadanos que eran seleccionados al azar. Un aspecto muy importante de las asambleas era la retórica que consistía en intentar persuadir y convencer a los demás en los debates. Uno de los mejores oradores y líderes políticos de aquella época fue Pericles, que contribuyó excepcionalmente al inicio de la edad dorada de Atenas.

La democracia directa fue una invención griega – aunque esta no llegó a nuestros días – es lo más parecido al significado de la palabra democracia: “gobierno de muchos o gobierno del pueblo” (kratos=poder, demos=pueblo), a diferencia de las aristocracias que son “gobierno de unos pocos”. Lo más parecido a la democracia representativa actual en la antigüedad se lo debemos a los romanos, también llamado republicanismo. En el sistema romano los reyes fueron reemplazados por un funcionario elegido. Este funcionario tenía limitado el cargo a un año y al final del mismo se le podía pedir al magistrado que rindiera cuentas de sus actos. Poco a poco, la administración de la república paso a adquirir una estructura que ha llegado hasta nuestros días, un cuerpo de magistrados (cónsules, procónsules, pretores, ediles, tribunos y los censores) que era aconsejado por un senado (un grupo de “senes” o ancianos). En tiempos de Augusto había cuatro organismos políticos además del de los magistrados: el comitia centuriata que defendía los intereses de toda la población (aunque al principio se había focalizado sólo en el ejército); el senado cuyos constituyentes tenían un cargo vitalicio siendo la institución más estable en el Estado; el concilium plebis que era una asamblea de plebis (de patricios, padres de familia o pater familias); y el comitia tributa que era una asamblea de todo el pueblo romano.

Después de estos primeros experimentos democráticos pasamos de nuevo a los regimenes aristocráticos durante toda la Edad Media, aunque en el siglo XII se formó en América la Liga Democrática y Constitucional de Haudenosaunee, que estaba integrada por las naciones Séneca, Cayuga, Oneida, Onondaga y Mohicanos, y que muchos consideran hoy uno de los más claros antecedentes de nuestra democracia moderna, más teniendo en cuenta que Benjamín Franklin tuvo acceso directo a Haudenosaunee en 1753. Después de un periodo oscuro para la democracia, ésta volvió en el siglo XVIII gracias a las ideas de la Revolución Francesa, de la Independencia de los Estados Unidos, y de una serie de hitos importantes como fue por ejemplo la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano realizada en Francia en el 1789. En el siglo XX se dieron muchos pasos importantes para mejorar la democracia, entre ellos la abolición de la esclavitud, el reconocimiento de la igualdad legal de las mujeres o la implantación del sufragio universal, aunque a mi parecer queda mucho por hacer. Hay quien considera las democracias parlamentarias de hoy como oligarquías encubiertas, oligarquías electivas más bien, y defienden la vuelta de las democracias participativas o directas. Si bien hace años era imposible las democracias más participativas, dado el tamaño de las poblaciones de los países, hoy en día con la ayuda de las nuevas tecnologías sería menos utópico. Es lo que en estos días se viene llamando como democracias directas informatizadas y que tenemos un buen ejemplo en la DDI de Uruguay:

http://www.democracia-directa.org/

Con las democracias directas o más participativas podrían desaparecer los partidos y el vicio que se viene denunciando últimamente, y es que parece que los políticos hacen más pensando en las elecciones, y así mantenerse en el poder, que pensando en gobernar y en servir a los ciudadanos.

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