Lo más puro de nosotros mismos

Me gustaría que me gustaran las infusiones, en especial el té de Jazmín ¿qué porqué de ésta flor?, pues por dos razones, la primera es que no combina bien con la leche y la segunda porque el Jazmín sugiere un cierto aire brujo. Cuando espeto ésta afirmación con voz un tanto sibilante la gente se sorprende, pero huelga decir que no me considero un ser corriente ni aniquelado. Puedo parecer a veces algo snob, pero no es más que la presencia de un personaje momentáneo que hace su aparición al más puro estilo de Proust.

La joven de la perla

En el fondo busco un estereotipo, quizá el de mujer buena persona ( si, si… esa que ayuda a todos y se desvive por los demás), o puede que lo combine con una especie de mujer fatal conocedora de los instintos más primitivos y poco trascendentales. La idea no es otra que transmitir un papel de serenidad en los tiempos que corren, de una cierta ingenuidad… podría parecerme acaso a las mujeres sosegadas de la obra de Vermeer?? De ser así me quedo con “La joven de la Perla”.

En los albores de mi existencia puedo ver casi a diario cierta apatía, no sólo en mi persona, si no en un mundo tan frágil y condescendiente consigo mismo que puede acabar con su propio equilibrio. Somos cómplices de todo lo que vivimos y lo más triste es que nos hemos acostumbrado al sufrimiento ajeno, pidiendo a cambio que nuestras desgracias pasen de largo. Taparse los ojos para esconderse, sólo puede mostrar una acción infantil propia de aquellos que apenas evolucionamos.

Es nuestro día a día, los políticos hacen amagos de atrincherarse, los nacionalistas plantan cara a los más conservadores, los niños crecen cada día con más rapidez y los ancianos alargan su vida a base de Morfina, Insulina, Digoxina ,Danaparoid, Dipiridamol… y al hilo de todo esto nos olvidamos de vivir, de soñar, de tener aspiraciones… nos envuelve la gran pesadilla patológica de la conformidad. Y lo más triste es que a sabiendas de que la padecemos a diario no tenemos la más mínima intención de plantarle cara.

Y es que aunque a veces la situación nos supere, siempre tenemos la opción de plantarnos y aunque sea por un estremecimiento, es bueno dejar salir lo más puro de nosotros mismos, aquello que sale sin pensar y que una vez se ha plantado en el aire, no nos queda más opción que ponernos la mano en la boca (con gesto del tipo “lo siento, se me ha escapado y no quería decir eso”), no es bueno querer gustar, querer ser atractivo a los ojos de los demás, de hecho y aunque tampoco sea malo, es una muerte súbita de nuestra esencia ( o al menos en el mismo momento que dejamos de ser nosotros)

3 comentarios sobre “Lo más puro de nosotros mismos”

  1. Me ha gustado mucho tu escrito, es magnífico!!! Tienes mucho potencial y creo que tendrías que animarte a escribir más a menudo.

    Besos

  2. creo que eres tu la silvia a la que quiero desearle que todo le vaya bien y a la que quiero decirle que no me olvide de ella ¿me recuerdas?

  3. Pues si eres Pili sí que me acuerdo de tí, probáblemente más de lo que te imaginas.

    Si eres tu mándame un mail a ver como va todo anda… que hace mucho tiempo que no se nada de tí.

    Besos

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