El fundamento de la ciencia

Estos días he acabo de estudiar a los empiristas y ahora he empezado con el idealismo de Kant. En menuda situación dejaron los empiristas a la ciencia, en un callejón sin salida por decir algo suave, en particular el empirismo radical de David Hume. Este filósofo exigía que las ideas simples tuvieran un correlato objetivo externo para que fueran válidas, es decir fueran la idea de la impresión de un objeto externo, de igual modo para que una idea compleja fuera a su vez también válida tenía que ser una combinación de ideas simples válidas. Para Hume las ideas complejas son válidas si se puede comprobar la existencia real de un objeto externo que les corresponda, como este correlato no existe las leyes científicas que son un tipo de ideas complejas pierden su validez. Hume había limitado lo que el hombre puede saber con total seguridad al campo de la cantidad y el número, y a aquello que tenemos delante de nuestras narices, también llamado conocimiento actual, y se cargó los universales porque no se podían percibir, así que cayó en el escepticismo, en discrepancia con el racionalismo que acepta la objetividad del conocimiento.

Callejón sin salida

Y entonces con la ciencia patas arriba llega Immanuel Kant para sacarla del atolladero. Kant lo que hace es estudiar cómo trabaja la propia razón. Se da cuenta que existen una serie de percepciones que no se corresponden con la realidad, como son la percepción del tiempo y el espacio, sino que forman parte de una manera inherente de percibir esta realidad de la mente. Estas percepciones que no se derivan de la observación pueden provocar afirmaciones absurdas de la razón como son las antinomias cuando son tomadas por la misma realidad. De este hecho asume que en toda percepción hay dos factores a tener en cuenta, el objeto externo y la forma de percibirlo, y por ello las cosas no se ven tal como son (noúmeno), sino según la forma que la mente les da (fenómeno).

Crítica de la razón pura

Entonces, lo que hace Kant, a diferencia de Hume, es incluir el funcionamiento de la mente como un factor más que interviene en la forma de ver el mundo: la mente modela el mundo exterior. Este conocimiento que está más allá de la experiencia sensible lo llama “trascendental” y la ciencia lo que intenta hacer es encontrar las leyes (conocimiento trascendental) que permitan predecir esos fenómenos de la experiencia sensible que son modelados por la mente. Kant sabe que la ciencia tiene que expresarse con juicios universales y necesarios, además de basarse en la experiencia, así que analiza que juicios cumplen con esas condiciones y cuáles no, de tal forma que determina que estos tienen que ser juicios que amplían nuestro conocimiento (juicios sintéticos) pero que son a priori (universales y necesarios). Así los juicios sintéticos a priori son los que constituyen el fundamento de la ciencia.

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