La colocación del balón

Me coloqué el balón el día 13 de junio de este año. La verdad es que todo fue de fábula y aunque los primeros días lo pasé bastante mal , creo que vale la pena los resultados.
 

Llegué bastante nerviosa a la intervención porque no olvidemos que entras en quirófano y no sabes como puede ir la cosa.
 

Ante mí había dos enfermeras, un endoescopista, un anestesista y mi médico. Lo primero que hicieron es buscarme una vía que me cogieron en la mano, mientras tanto todo eran atenciones y arrumacos por parte de los médicos.
 

Realmente el tema de la vía fue lo más doloroso ya que a partir de ahí me enteré bastante poco. Sentí un sueño muy placentero y poco a poco caí en la sedación que te ponen. Acto seguido y siempre controlando todos los ritmos vitales me hicieron una endoscopia para ver que el estómago estaba preparado y no había ninguna contraindicación para su implantación (puede pasar que no se pueda colocar el balón a causa de una hernia de hiato, ulceras…etc.).
 

Después me colocaron a Willy , El balón es un «dispositivo» que se introduce desinflado en el estómago, acto seguido se llena de un líquido de color azul , más que nada para poder controlar que no se desinfle sin controlarlo.
 

Quizá uno de los mayores problemas que se puedan dar es el hecho de que una vez desinflado pasara a los intestinos y obstruyera  el paso de los alimentos causando una infección que podría en casos extremos llevar a la muerte del paciente. Es por ello que debemos vigilar que no haya pérdidas de ese líquido azul cuando vamos al lavabo.
 

Finalizada la implantación me desperté como si hubiera descansado muchas horas, me pasaron a una cama ambulatoria hasta que me vi con fuerzas de vestirme y en una hora me encontraba saliendo por mi propio pie en dirección a mi casa.
 

Los cuatro días posteriores fueron una pesadilla, no podía ni beber agua sin vomitarla y me encontraba mareada y sin ninguna fuerza. Bastantes medicamentos, algunos contra los espasmos estomacales, protectores de estómago y algún otro para que no vomitara tanto porque me estaba quedando deshidratada.
 

Después todo ha ido de maravilla, no he vomitado más que una vez y fue culpa mía, así que en principio no puedo más que hablar bien de mi experiencia con la pelota gástrica.
 

El balón no es ningún milagro, simplemente ayuda a adelgazar sin pasar demasiada hambre, pero lo que está claro es que se debe llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio de manera constante.
 

Ahora me da un poco de cosa el día que me lo quite porque la sedación es más fuerte y la recuperación es un poco más lenta. De todas maneras estoy bastante animada.

Un comentario sobre “La colocación del balón”

  1. Seguro que con este post vas a despejar de algunas dudas a muchas personas que se encuentren en tu misma situación previa al paso por el quirófano.

    Gracias,
    David

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