La espiritualidad no es un “tapa-agujeros”

Tenía en mente muchas etiquetas para mi mismo, definiciones que al fin y al cabo nunca seré, pero ahí están como una ilusión más de este mundo tan maravilloso que nos ha tocado en la lotería de la vida. Unos años atrás me consideraba agnóstico, carente de espiritualidad, había puesto toda la atención en el aspecto cartesiano-newtoniano del mundo, en las leyes mecánicas que rigen el universo, y me había olvidado de la subjetividad hasta el punto de considerarla como un error que no merecía la pena tener en cuenta. Ahora se que eso no es cierto, tan importante y enriquecedor es reconocer nuestro interior como hacerlo con nuestro exterior, al mismo tiempo hacerlo de un modo integral, y entonces la realidad se torna más rica y completa, una vida que empieza a cobrar un sentido.

En las últimas décadas ha ido desarrollándose una visión integral de la realidad. Para un especialista en la psicología transpersonal a nivel mundial como es Ken Wilber la realidad se compone de cuatro vertientes o cuatro cuadrantes: interior-individual (por ejemplo nuestros pensamientos, emociones, …), exterior-individual (un ejemplo es nuestro cerebro), interior-colectivo (el sustrato cultural de los pensamientos por ejemplo) y exterior-colectivo (los componentes materiales de la cultura como puede ser la arquitectura). Wilber empezó como científico pero llegó un día que cayó en la cuenta que para acercarse a la verdad no era suficiente con atender a lo exterior mediante las ciencias empíricas sino también el mundo interior del ser humano, el mundo espiritual y psicológico, además de tener en cuenta al mundo colectivo desde disciplinas como la sociología, la antropología, la política, etc. Para Wilber la realidad está compuesta por totalidades/partes, lo que el llama holones. El mundo es una red de interrelaciones infinitas y no es un buen enfoque estudiar un ámbito como si se tratase de compartimentos estancos, siendo conveniente considerar la influencia que ejercen otros ámbitos. Las conclusiones más acertadas se obtienen al estudiar las distintas disciplinas de forma conjunta.

Wilber

Buda dijo hace más de dos milenios que “la visión parcial entraña más desconocimiento que conocimiento». Hay una parábola atribuida al sabio persa Rumi que trata sobre esta parcialidad, es la parábola  de los ciegos y el elefante:

“Seis hindúes sabios, inclinados al estudio, quisieron saber qué era un elefante. Como eran ciegos, decidieron hacerlo mediante el tacto. El primero en llegar junto al elefante, chocó contra su ancho y duro lomo y dijo: «Ya veo, es como una pared». El segundo, palpando el colmillo, gritó: «Esto es tan agudo, redondo y liso que el elefante es como una lanza». El tercero tocó la trompa retorcida y gritó: «¡Dios me libre! El elefante es como una serpiente». El cuarto extendió su mano hasta la rodilla, palpó en torno y dijo: «Está claro, el elefante, es como un árbol». El quinto, que casualmente tocó una oreja, exclamó: «Aún el más ciego de los hombres se daría cuenta de que el elefante es como un abanico». El sexto, quien tocó la oscilante cola acotó: «El elefante es muy parecido a una soga». Y así, los sabios discutían largo y tendido, cada uno excesivamente terco y violento en su propia opinión y, aunque parcialmente en lo cierto, estaban todos equivocados.”

Un paleontólogo de fama mundial como Niles Eldredge se lamentaba que hasta ahora se había descuidado la teoría unificadora, transdisciplinar,  a favor de las teorías reduccionistas basadas en la especialización cada vez mayor de los campos de estudio; y esto lo describía mediante la parábola de Rumi: «cada una de las diversas disciplinas ha estado buscando su propia parte del elefante y reclamando que el sistema en general se parezca a esta pieza particular. Todas las cosas no son verdad, pero todas las partes del elefante son seguramente relevantes para comprender un elefante». Un ejemplo de ciencia transdisciplinar es la ecología que intenta tener en cuenta la influencia de seres vivos en el ambiente, influencia en ambos sentidos, a partir de otras disciplinas como la geología, la climatología, la biología, etc.

En 1986 la ONU efectuó, a través de la UNESCO, el simposio «La ciencia y las fronteras del conocimiento»; de este simposio surgió lo que se vino a denominar “La declaración de Venecia” en la que se transmite:

  • Que nos encontramos en una profunda revolución en el campo de la ciencia, generada en gran parte por el desarrollo de la física y la biología. Existe una significativa brecha entre la nueva ciencia surgida del estudio de los sistemas naturales y los valores que siguen prevaleciendo en la filosofía, las ciencias sociales y la vida en las modernas sociedades, estos valores están basados en un determinismo mecanicista y en el positivismo. Esta discrepancia es un profundo peligro para la supervivencia de la vida sobre la tierra.
  • El conocimiento científico actual ha alcanzado el punto donde puede empezar a integrarse con otras formas de conocimiento. En este sentido y reconociendo las diferencias entre ciencia y tradición se ve que éstas pueden ser complementarias más que contradictorias. Este nuevo y rico intercambio entre ciencia y las diferentes tradiciones del mundo, abre la puerta a una nueva visión de humanidad, y a una nueva racionalidad que será la base de una nueva perspectiva científica.
  • No se intenta establecer sistemas cerrados que contengan una nueva utopía, se reconoce la necesidad urgente de una investigación transdisciplinaria a través de un intercambio dinámico entre las ciencias naturales, las ciencias sociales, arte y tradición. Esto sugiere que el modelo transdisciplinario es inherente a nuestro cerebro a través de una interacción dinámica de los dos hemisferios. Integrar la investigación de la naturaleza y de la imaginación, del universo y del hombre, nos dará una mejor visión de la realidad para enfrentar los retos de nuestro tiempo.
  • La manera convencional de enseñar la ciencia a través de una presentación lineal, enmascara la separación entre la ciencia de frontera y las visiones obsoletas del mundo. Existe la angustiosa necesidad por nuevos métodos educativos que surjan de lo más nuevo del progreso científico, este desarrollo educativo estará en armonía con las grandes tradiciones culturales, aplicar esta visión es esencial. La UNESCO es la organización apropiada para promover estas ideas.
  • El reto de nuestro tiempo -el riesgo de la destrucción de nuestras especies, el impacto de los nuevos descubrimientos, las implicaciones de la genética, etc.- arrojan una nueva luz sobre la responsabilidad de la comunidad científica sobre el uso del conocimiento que ellos producen. Aunque los científicos no deberían preocuparse del uso que se dará a sus descubrimientos no deberían quedarse pasivos cuando sus descubrimientos son usados en una mala dirección. La visión de la magnitud de los retos nos obliga a que, de un lado, la nueva ciencia tenga información fluida y confiable para el público en general y por otro establecer mecanismos multi y transdisciplinarios para guiar la toma de decisiones.
  • Se espera que la UNESCO considere este simposio como el punto de partida e inicie una reflexión encaminada a desarrollar un espíritu transdisciplinario y universal.
  • Nosotros deseamos agradecer a la UNESCO el haber organizado este simposio en conformidad con su objetivo universal.

Holistic

Así desde hace años se está promoviendo lo que se ha llamado educación holística donde el alumno aprenderá a pensar en términos de totalidades, no sólo en fragmentos, en términos de relaciones y procesos más que en la de representaciones de objetos y estructuras. De todas formas parece que en España todavía no hemos caído en la cuenta. Nuestro país es uno de los países de la unión Europea que invierten menos en educación y obviamente nuestros resultados educativos nos ponen a la cola de Europa. Si queremos mejorar individual y colectivamente tendremos que ir pensando en regenerar nuestro sistema educativo porque un mundo mejor sólo es posible desde un conocimiento y una educación integral, sin fragmentaciones, ni parcialidades, donde se atienda tanto el interior como el exterior del mundo y las personas. ¿Creéis que la gente de a pie no tiene nada que hacer al respecto?. Yo creo que si, todos sabéis que los niños aprenden imitando, si nosotros pretendemos que nuestro hijo se interese por las realidades del mundo que le rodea,  si queremos por ejemplo que practique la honradez y el altruismo, no hay otro modo que enseñar con el propio ejemplo, no hay que predicar, sino ser. Una vez le preguntaron a A.Blay como educar mejor a los niños y el respondió algo así como que “mejorando uno mismo”.

“Voy a intentar llevarme bien conmigo;
los demás, también, saldrán ganando”
(Antonio Blay)

8 comentarios sobre “La espiritualidad no es un “tapa-agujeros””

  1. Qué chulo este post David, la frase de Blay no tiene desperdidicio y yo también estoy intentando llevarme mejor conmigo a ver si entre todos hacemos un mundo mejor.

    Muy bueno lo del elefante.

  2. Hola David,
    estoy muy de acuerdo con todo el artículo, el ejemplo del elefante es muy bueno. Sobre todo me siento identificado con el segundo punto, el que habla de la colaboración entre la ciencia y las tradiciones para generar una nueva Ciencia, más potente, más completa, más sabia. Creo que no hay más vía que ésa, integrar la parte buena de las tradiciones culturales intangibles y que ciencia y Ciencia se aúnen. Entonces se enseñará lo completo a los niños y haremos todo lo posible por mejorar la sociedad tambien desde la enseñanza.

    Un fuerte abrazo.

    Fernando

  3. Hola Fernando

    Gracias por los comentarios y por tu visita. Me alegra mucho que vuelvas a aparecer más asiduamente por tu web y foro.

    Un fuerte abrazo,
    David

  4. David,
    Buscaba definición de ciencia transdisciplinar y google me llevó hasta tu sitio.
    No mucho para decir. Sí mucho para pensar.
    Doy gracias a Dios que existan personas como tú y muchas otras que están pensando de esta forma tan abierta.
    Mucha suerte para tí. Sabía que un mundo mejor era posible.

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