Láthe biósas

En el curso de filosofía en los últimos días hemos visto a Epicuro, discípulo de Aristóteles. Me he quedado enganchado a una corta frase: “láthe biósas” dicha por este filósofo, que en griego significa “Vive escondido”, aunque también he encontrado otras traducciones como “Vive en lo oculto”, «Vivirás pasando inadvertido» o «pasar desapercibido”.  Un amigo (gracias Manue por la «info») encontró que esta frase forma parte del fragmento nº 551 de la obra Epicúrea (1887) del filólogo Usener.

El filósofo Nicola Abbagnano dijo : «Respecto a la vida política, Epicuro reconocía las ventajas que procura a los hombres, obligándoles a acatar leyes que les impiden dañarse mutuamente. Pero aconsejaba al prudente que permaneciese ajeno a la vida política. Su precepto es: “Vive escondido” (fr. 551). La ambición política sólo puede ser fuente de turbación y, por consiguiente, obstáculo a la consecución de la ataraxia.». La ataraxia es la imperturbabilidad del alma o el equilibrio emocional como consecuencia de haberse librado del miedo y de la ambición. Carlos García Gual, en su libro «Epicuro» (Alianza Editorial, LB 806, Madrid, 3ª ed. 1988), traduce esta frase por «pasa desapercibido mientras vivas».

Epicuro

Así que Epicuro recomendaba pasar desapercibido y apartarse de la vida política, lejos de los fastos y oropeles – apariencias – de la vida pública. En el almanaque agrícola de Hesíodo titulado “Los trabajos y los días”, se explica el origen de los días fastos y nefastos para los asuntos propios como por ejemplo para celebrar reuniones políticas, para guerrear o para trabajar.  En los días fastos se permitían los asuntos personales y en los días nefastos no se permitían, esos días eran exclusivamente para los dioses, donde los hombres realizaban sacrificios y ceremonias religiosas, eran días para los asuntos transpersonales, aquellos asuntos que trascienden a la persona, y por encima de todo al ego. Yo creo que en el aspecto interior de una persona  equivale a decir que vivamos sin confundirnos con los papeles que interpretamos, sin aferrarnos a la apariencia y a las normas sociales con el fin de ser aceptados por la sociedad. Entonces este precepto en resumen nos está diciendo que no nos confundamos con el personaje y ese es el principio de un desarrollo consciente del yo-experiencia, que sólo puede lograrse cuando vivimos en lo oculto, hacia adentro, poniendo especial atención en el interior, en aquello que trasciende al ego.

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