A la caza de la Wii

Bueno, pues hoy ha sido un día de esos en que todo lo que puede salir bien…sale. En principio hemos ido a Gran Vía II en busca de la tan ansiada Nintendo Wii, hace ya unos meses que estamos tras ella y no hay manera. Hemos estado en dos tiendas muy concurridas del centro comercial esperando encontrarla pero no ha habido suerte.

He visitado alguna tienda de tallas grandes pero para mi sorpresa algunas tallas empiezan a ser enormes para mí, es más, en alguna ocasión tengo que cogerme la talla más pequeña de las tiendas de talla grande…en fin, un juego de palabras casi ininteligible.

Después de ver alguna tienda más un poco por encima, nos hemos ido a L’Illa diagonal porque David tenia encargado un libro y quería pasar a recogerlo, así que un poco abatidos y tras saber que la consola estaba agotada de fábrica hemos entrado en el Fnac a buscar el encargo. A lo lejos y un poco borroso teníamos los juegos y consolas, el niño y yo nos hemos acercado a ver si por alguna casualidad extraña se produjera el milagro. Al llegar al stand de Nintendo hemos visto el cartel y la estantería vacía (como era de esperar), y al avanzar unos pasos David dice…¡ Mama, hay una en la estantería!!, como ya estoy acostumbrada a encontrarme las cajas vacías porque son de exposición, me he acercado con una postura casi abúlica hacia el lugar donde se veía el hallazgo. Cual es mi sorpresa que conforme me acerco veo el control anti-robo de la caja , cuestión por la cual empiezo a sospechar que quizás sí esté la maquinita dentro. Al cogerla me percato de que ni mucho menos está vacía así que miro hacia los lados y la cojo bien fuerte (me parece mentira tener una entre mis manos.

Después nos acercamos a los juegos para buscar alguno que nos guste (todo con los ahorros del peque), encontramos uno de entrenamiento mental que tiene una pinta estupenda y otro de juegos de feria que decide comprar David. Cuando aparece con su encargo bajo el brazo David se queda alucinado de que hayamos encontrado la consola y de soslayo nos cuenta que de qué parte hemos cogido la consola. Se lo indicamos y nuestro gozo en un pozo cuando nos dice que esa caja está vacía y es de exposición, que a el le dijeron el otro día que no tenían Wii’s, aunque estaba la caja. Por poco no le da un ataque a peque, después de casi llorar por tener su tesoro entre sus manos…. me acerco al chico y con cara amenazante le pregunto si se pueden coger directamente de la estantería las Wii’s, me pregunta que de qué estantería la he cogido y le señalo el lugar. Me dice que sí y creo que en ese momento casi de lo tranquila que me quedo engordo un kilo de golpe. Acto seguido nos dirigimos a la caja a pagar y tras el consecuente rollo que nos suelta la cajera de las innumerables ventajas de hacerse socio, decidimos aprovechar los regalos y descuentos para las compras de hoy. Dejamos los paquetes a resguardo en la caja y le digo que proteja la consola con su vida si hace falta ya que es la única Wii que hay en Barcelona a la venta. Me sonríe y me tranquiliza. Salimos para hacernos socios y volvemos a entrar en busca de más libros (esta vez de regalo por hacernos la tarjetita), de nuevo al volver la interminable cola para la caja…mientras esperamos, un amable chico se acerca a la caja por detrás y coge «Nuestra» Wii y el libro encargado por David, creo que entonces nuestros gritos se han debido oír en todo el centro comercial, porque el chico ha dejado la caja ipsofacto (bonito palabro) y nos ha pedido perdón. Llevo varios días buscando la Wii, creo que más de un mes y la verdad es que lo que no se haga por un hijo no se hace por nadie.

Tras todos los avatares, pagar la consola más barata por el descuento, llevarnos algún libro de regalo, descuento de parking etc, nos hemos parado a comer en un restaurante Libanés, la verdad es que hemos escogido bien, una bandeja combinada vegetal que ha sido con diferencia lo menos perjudicial para mi dieta, he disfrutado comiendo y he tenido esa sensación de control que me acompaña estos últimos días cuando me pongo delante de la mesa. Después un café con Cardamomo (vete a saber qué es eso, pero todavía ando masticando las semillas)… y ahora en casa ya relajada resulta que en el test de entrenamiento mental, sólo he conseguido sacar un 4.

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