La web de Atic

Atic
En este año que recién comienza os quiero presentar una web que ha sido completamente rediseñada, es una web que ya había publicado en la lista de favoritos de este Blog desde sus inicios. Se trata de la web de Jordi Sapés, que es mi Maestro desde el 2006 y que no puedo hacer otra cosa que recomendar fervientemente, con conocimiento de causa y experiencia propia. Para mi contar con su ayuda y con todo lo que me ha enseñado ha sido muy positivo y me ha ayudado a crecer como ser humano a todos los niveles. La línea de trabajo de Jordi está basada en la de Antonio Blay, Maestro del que ya he publicado algunos posts en este blog, aunque Jordi le ha dado sus aportaciones personales con toda la experiencia adquirida durante muchos años. Se trata de una línea de trabajo espiritual muy práctica y que la hace muy viable para ser llevada a la vida cotidiana, de hecho la espiritualidad es realmente transformadora sólo cuando cubre todas las facetas de nuestra vida. Os invito a conocer la web, y si os animáis, a descubrir un mundo que siempre ha estado ahí: Atic

Línea de Trabajo de Antonio Blay en www.aticzendo.com

Hay un yo central y profundo que se puede percibir a través de la meditación y el silencio. Pero es difícil mantener esta presencia en el seno de la vida cotidiana: el exterior nos reclama toda la atención y nos desconecta de nosotros mismos. Por eso la espiritualidad y la existencia ordinaria aparecen a menudo como una dualidad que escinde y desorienta. Mirar para dentro y para fuera al mismo tiempo es imposible.

La solución consiste en observar toda la realidad desde el fondo, de manera que nuestra visión incluya lo que llamamos dentro y fuera. Porque en nuestra vida ordinaria tienen el mismo peso las cosas que aparecen fuera y la interpretación que de ellas hacemos. Nuestra manera de pensar genera en nosotros sentimientos y reacciones y estamos tan pendientes de ellos que hemos acabado por llamar “yo” a lo que pensamos, sentimos y hacemos. Observándolo descubriremos dos cosas: por una parte que estos pensamientos, sentimientos y actos son fenómenos relativos; y por otra que el observador está siempre presente, más allá de las circunstancias externas y de los estados psicológicos. El observador es este yo profundo y central. Desde él podemos examinar nuestro espacio psicológico, descubrir los presupuestos erróneos, los complejos que mantenemos y los círculos viciosos en los que estamos invirtiendo nuestros esfuerzos.

Todo esto entorpece nuestra relación con el entorno y dificulta la expresión de la inteligencia, el amor y la energía que somos. Así nos descubriremos representando un personaje que sufre por no conseguir llegar a ser y veremos lo absurdo de la situación, porque ya somos. El crecimiento personal requiere ver lo que somos y también comprender que no somos lo que creemos ser. Al verlo, el mundo deja de ser un obstáculo y aparece como una oportunidad.(Antonio Blay)

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