Dos formas de explicar un mismo suceso, una para chavales de quince años que la reciben con actitud acrítica y de forma masiva en las escuelas y otra de un libro que la mayoría de ellos no leerá en su vida:
"Entre el 1835 y el 1837, los progresistas con Mendizabal a la cabeza, implantaron un regimen liberal. Un conjunto de leyes que permitieron la disolución del regimen señorial, la desvinculación de la propiedad y la desamortización de los bienes del clero y de los ayuntamientos, con lo que se liberalizó la propiedad agraria." (pg 73, Traducción de un fragmento de "POLIS. Ciències socials, historia" – Vicens Vives. Educació secundària. Quart curs.)
"la nobleza ya no sería titular de grandes señoríos jurisdiccionales, sino un gran terrateniente con considerables extensiones agrarias de características burguesas. En la conversión de los señoríos jurisdiccionales en propiedad privada, los nobles salieron ganando a costa de los campesinos. Al abolirse los señoríos la revolución liberal les concedió su tierra como propiedad privada plena" (pg 59, "La desamortización española" de Francisco Martí Gilabert. Ediciones Rialp.)