El gesto interior

Queridos amig@s lectores, el otro día comentaba como inicié el Trabajo – que es así como llamamos a la práctica y estudio en el curso de psicología de la autorrealización, psicología transpersonal o el nombre que se le quiera colocar – y explicaba que todo empieza con el descubrimiento del personaje. Realmente la técnica para no estar identificado con el personaje, después de reconocerlo, es ser consciente de uno mismo en todo momento y descubrirnos como centro de todo aquello que protagonizamos, sea mientras paseamos, mientras comemos, vemos la TV, charlamos con los amigos, etc; esto también podríamos llamarlo “empezar a despertar”. Esta técnica, que demanda de mucha constancia, consiste en una especie de gesto interior, un gesto que requiere estar atentos a la atención, darse cuenta de que uno se está dando cuenta de lo que sea en cualquier instante. Esto produce que la atención se atrase y dejemos de estar pendientes exclusivamente de la periferia, entonces vivimos como centro, en el aquí y ahora.

Que mejor día que hoy, en el 60 aniversario de la muerte de Piotr Demiánovich Ouspensky (5 de marzo de 1878 – 2 de octubre de 1947), que dar a conocer – con un ejemplo extraído de su libro “Fragmentos de una enseñanza desconocida” – una experiencia de “recuerdo de mi mismo” o “recuerdo de si”, que es como se designa a la consciencia de si mismo en las enseñanzas de la Escuela del Cuarto Camino de Gurdjieff. Ouspensky fue un filósofo y escritor, conocido sobretodo por haber sido uno de los alumnos de George Gurdjieff. Durante un tiempo, Ouspensky se dedico a difundir y promover las enseñanzas de su maestro, de ahí surgió su libro “Fragmentos de una enseñanza desconocida” donde habla sobre un sistema que pretende integrar el autoconocimiento y la interiorización, en la propia vida cotidiana, siendo los temas principales la Consciencia de Sí, las Octavas, la Ley de Tres, la Ley de Siete, la Tabla de Hidrógenos, el Eneagrama, y por supuesto el ambiente en la Escuela y sus conversaciones con Gurdjieff.

He aquí el fragmento:

“En cierta oportunidad estaba caminando a lo largo de la Liteiny hacia la avenida Nevsky y a pesar de todos mis esfuerzos no era capaz de mantener mi atención en el «recuerdo de mí mismo». La bulla, el movimiento, todo me distraía. A cada instante perdía el hilo de mi atención, lo encontraba de nuevo y luego lo volvía a perder. Finalmente sentí una especie de ridícula irritación conmigo mismo y doblé hacia la calle de la izquierda, firmemente decidido, esta vez, a recordarme a mí mismo al menos por algún tiempo, y en todo caso hasta que hubiera llegado a la calle siguiente. Llegue a la Nadesjdinskaya sin perder el hilo de mi atención salvo, quizás, por breves momentos. Entonces, dándome cuenta de que me era más fácil no perder la línea de mi pensamiento en las calles tranquilas y deseando probarme en las calles más ruidosas, decidí retomar la Nevsky, mientras continuaba recordándome a mí mismo. Llegué a la Nevsky sin haber cesado de recordarme a mí mismo y comenzaba ya a experimentar el extraño estado emocional de paz interior y de confianza que sigue a grandes esfuerzos de esta clase. Justamente a la vuelta de la esquina, en la Nevsky, había una cigarrería donde compraba mis cigarrillos. Todavía recordándome a mí mismo pensé pasar por ahí y encargar algunas cajas.

Dos horas más tarde, desperté en la Tavrisheskaya, es decir, muy lejos. Estaba yendo en un trineo hacia la imprenta. La sensación de despertar fue extraordinariamente vivida. Casi puedo decir que volvía en mí. De golpe recordé todo. Cómo había estado caminando a lo largo de la Nadejdinskaya, cómo había estado recordándome a mí mismo, cómo había pensado en los cigarrillos y cómo, en este pensamiento, había caído como anonadado en un profundo sueño.

Sin embargo, mientras estaba sumido en este sueño, había continuado ejecutando acciones coherentes y oportunas. Había salido de la cigarrería, telefoneado a mi departamento en la Liteyni y luego al impresor. Había escrito dos cartas. Luego había regresado a la casa nuevamente y retomado la Nevsky por la acera izquierda hasta la puerta Gostinoy con intención de llegar a la Offitzerskaya. Luego había cambiado de opinión porque se estaba haciendo tarde. Había tomado un trineo para ir a la imprenta en la Kavalergardskaya. Y por el camino, mientras me dirigía por la Tavricheskaya comencé a sentir una extraña inquietud, como si hubiese olvidado algo. Y de pronto me acordé de que había olvidado recordarme a mí mismo.

Hablé acerca de mis observaciones y deducciones a las personas de nuestro grupo así como a varios amigos literatos y otros.

Les dije que éste era el centro de gravedad de toda la enseñanza y de todo trabajo sobre uno mismo; que ahora, el trabajo sobre sí ya no era una palabra, sino un hecho real, pleno de significación, gracias al cual la psicología se convertía en una ciencia exacta y al mismo tiempo práctica.

Dije que la psicología occidental había pasado por alto un hecho de una importancia prodigiosa, es decir, que no nos recordamos a nosotros mismos; que vivimos, actuamos y razonamos en un sueño profundo, en un sueño que no tiene nada de metafórico sino que es absolutamente real, y sin embargo, que podemos recordarnos a nosotros mismos si hacemos los esfuerzos suficientes: que podemos despertarnos.” (Fragmentos de una enseñanza desconocida – Ouspensky)

2 comentarios sobre “El gesto interior”

  1. Que bueno!!! Casi no se nada de estos autores..solamente a traves de Osho…me parecio muy preciso y muy practica su manera de describir este «estar observando siempre» o estar despierto…..Que deberiamos hacer para no desconectarnos de esto durante el dia???? atarnos algo en el dedo..o llevar una campanilla de aviso…
    Me interesa seguir aprendiendo mas de estos autores. Gracias.

  2. Hola Mari,

    Te explico, en el curso que hago para recordar el estar despierto lo que hacemos es escoger una serie de objetos despertadores que nos hacen recordar durante el día que tenemos que ser conscientes de nosotros mismos. Hay infinidad de objetos despertadores a elegir, ejemplos:

    Cuando vemos a una persona determinada durante el día,
    o cuando abrimos una puerta,
    o cuando bajamos las escaleras,
    o cuando vemos a un gato por la calle,
    o cuando vamos al lavabo y estiramos de la cadena,
    o cuando suena una canción,
    etc

    Entonces lo que hacemos es apuntar diariamente en una excel las veces que ha aparecido cada objeto despertador durante el día y las veces que hemos recordado despertar al ver el objeto despertador. Poco a poco se van viendo los progresos hasta que ya no son necesarios los objetos despertadores y entonces ya despiertas muchas veces durante el día de forma espontánea. Eso suele ocurrir más o menos pasado el año. Lo suyo es estar despierto siempre recordándose a si mismo, aunque la inercia del personaje es muy fuerte y muchas veces nos descubrimos a nosotros mismos identificados con nuestros pensamientos, o con nuestras emociones, o con aquello que sentimos con cualquiera de nuestros órganos sensoriales.

    Besos

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