De Dédalo a Flyer

De pequeño uno de mis sueños preferidos era volar, el otro día después del curso que hice en fin de semana – en el que removí mucha energía del inconsciente – volví a soñarme volando, fue extraordinario, desde niño no me pasaba que volase oníricamente, pero esta vez fue diferente a los sueños infantiles, volaba ayudado por una especie de ángeles negros que no tenían alas, parecidos a los guerreros Maoríes pero llevados a la máxima expresión del poder, eran extremadamente musculosos y tenían todo el cuerpo tatuado, hasta la cara. Es raro porque no sé cómo he podido llegar a esa imagen, no recuerdo haber visto nada últimamente relacionado con guerreros tatuados. Impresionaban pero no me sentía incómodo con ellos. Mientras me iba elevando por el cielo, a diferentes niveles me iba encontrando con nuevos de estos seres que me impulsaban más arriba. Creía que nunca iba a soñar de nuevo que volase, hace tantos años que no lo hacía…

Precisamente en el libro de Historia Intelectual del Siglo XX se habla de uno de los grandes acontecimientos de principios del siglo XX, el primer vuelo de los hermanos Wright. A lo largo de la historia hay muchas cosas que el hombre ha soñado antes de hacerlas realidad, una de ellas es la posibilidad de volar. No sé cuándo fue la primera vez que el hombre se imaginaba volando, quizás el primer mito de un ser humano suspendido en el cielo fue el de Dédalo en la Iliada de Homero (siglo IX a.c.). Dédalo era un arquitecto y artesano muy hábil, el laberinto de Creta fue obra suya y las alas que construyó para escapar de la isla de Creta también, aunque su hijo Ícaro murió al acercarse demasiado al Sol y derretir la cera de sus alas; si hubiera hecho caso a su padre otro gallo cantaría, pero en fin.

Dédalo

Se dice que hubo un estudioso en la antigua Grecia llamado Arquitas de Tarento (400 a.c.) que construyó un artefacto de madera capaz de volar a unos 180 metros de altura, pero es difícil creer semejante historia, más cuando no se volvió a hablar de experimentos de este tipo hasta el siglo IX cuando Abbás Ibn Firnás se lanzó desde una colina con unas alas de madera fracturándose ambas piernas y en el siglo X el monje benedictino Eilmer de Malmesbury consiguió mantenerse en el aire recorriendo 200 metros hasta caer al suelo con el mismo funesto final que Abbás.

Los más famosos diseños de aparatos voladores de la antigüedad fueron creaciones de Leonardo da Vinci, este hombre del siglo XVI fue prolífico en un montón de cosas, una auténtica navaja suiza multiusos. Leonardo Da Vinci diseñó planeadores y ornitópteros basados en el movimiento de las alas de las aves, nunca llegó a construir uno pero en siglos posteriores se demostró que sus diseños no iban mal encaminados.

Diseño de Leonardo Da Vinci

Antes de llegar a los vuelos de motor la primera vez que el hombre consiguió alzarse en el aire con éxito lo hizo en un globo de aire caliente, los primeros que lo lograron fueron el doctor Jean-François Pilâtre de Rozier y el noble François Laurent d’Arlandes en un globo construido por los hermanos Montgolfier en el siglo XVIII. Estos vuelos no eran controlados y hubo que esperar al año 1852 con la invención del dirigible por el ingeniero Henri Giffard para que los vuelos fueran dirigidos a través de timones y motores.

El siglo XIX fue la centuria de los planeadores, en 1856 el francés Jean-Marie Le Bris consiguió que un planeador se elevase por primera vez más alto que su punto de despegue. Hubieron muchos intentos con mayor o menor éxito, Jan Wn?k, Félix du Temple, Frank Wenham, Otto Lilienthal, Percy Pilcher, Octave Chanute, John Joseph Montgomery o Wilhelm Kress fueron algunos de los hombres que probaron suerte construyendo planeadores. Hasta finales del siglo XIX no se empezó a ver la luz en la construcción de un aparato que remontase el vuelo por medios propios, hasta llegar a los hermanos Wright otras personas intentaron esta hazaña, incluso hubo gente que perdió la vida como Percy Pilcher que en un vuelo de planeador se mató sin haber probado su prototipo de avión con motor a vapor.

Los hermanos Wright

El gran acontecimiento se inició el 17 de diciembre de 1903, los americanos Wilbur y Orville Wright se jugaron a cara o cruz quien pilotaría el avión, ganó Orville y cuando llegó la hora del experimento éste se subió al ala trasera y se deslizo hacia un andamiaje que hacia la función de asiento. Orville comprobó sus instrumentos, tenía un anemómetro que permitía registrar la distancia que podría recorrer el avión, también llevaba un cronómetro para medir la velocidad y un cuentarrevoluciones de motor para conocer las vueltas que daba la hélice, y así saber la eficacia del artefacto en función también del combustible gastado por un motor de gasolina de cuatro cilindros y de ocho a doce caballos de vapor. Flyer, que era como habían bautizado al avión, recorrió en este primer intento 180 metros por aire y 36 por tierra en un tiempo de doce segundos. Fue la primera vez en la historia que una máquina se elevaba por sus propios medios con un hombre dentro. Ese mismo día se hicieron más pruebas con resultados más satisfactorios y un año después los Wright habían hecho 105 vuelos donde sólo dos vuelos habían llegado a los cinco minutos.

Hasta 1908 el Ministerio de Defensa de los EEUU no compró el invento, así los principios de la aviación crecieron en el contexto de la cultura práctica que representaba EEUU, pero es justo recordar que muchos hombres pusieron su granito de arena hasta llegar al 17 de diciembre de 1903, fueron muchos siglos donde un sueño compartido finalmente se convirtió en una realidad.

Vuelo de los hermanos Wright

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