Decrecimiento sostenible

Hace poco que han inaugurado un nuevo flamante gimnasio en mi ciudad, un conocido que estuvo realizando un trabajo allí me comentó que en este establecimiento consumen aproximadamente 3000 litros de gasoil cada cuatro días para mantener en funcionamiento la instalación de este gimnasio, que incluye una piscina cubierta, esto es un buen ejemplo de crecimiento no sostenible. Pues bien, el otro día, mientras volvía a mi casa después de un provechoso día de trabajo, escuchaba un programa radiofónico donde unos contertulios hablaban sobre el crecimiento sostenible en referencia a la última cumbre de la ONU en Bali para tratar el tema del cambio climático y llegar a compromisos para limitar la emisión de gases invernadero. Durante la tertulia se hizo mención a un artículo publicado en La Vanguardia ese mismo día titulado “Cambio Climático y decrecimiento” de Mariano Marzo, catedrático de la Universitat de Barcelona, más concretamente profesor de Estratigrafia y de Recursos Energéticos de la Facultad de Geología de la UB. Cuando llegué a mi ciudad me propuse comprar La Vanguardia, ya estaba agotada, suerte que en un restaurante en el cual cenamos me dejaron llevarme la página de La Vanguardia donde aparecía el preciado artículo.

Mariano Marzo ha dado varias conferencias sobre como afrontar los problemas energéticos, y en este artículo es muy crítico con la creencia que se ha establecido de que es suficiente sustituir los combustibles fósiles por energías renovables para afrontar el calentamiento global. A nadie se le escapa que la utilización de combustibles fósiles está totalmente ligada al modelo socioeconómico capitalista. El origen del capitalismo y la primera revolución industrial, a finales del siglo XVIII, está estrechamente unido a la utilización de los primeros combustibles fósiles a gran escala: el carbón. Así surgieron las fábricas, el maquinismo, y nuevas clases sociales: la burguesía industrial y el proletariado industrial. Las energías renovables sólo son una ayuda pero no son la panacea, por ejemplo para producir todo el material necesario para generar energía solar, por ejemplo las placas fotovoltaicas, se necesitan combustibles fósiles.

Desde hace tiempo que se sabe que el crecimiento económico que impone el capitalismo y la sostenibilidad del medio ambiente son incompatibles, esto por ejemplo está recogido en el libro “Limites del Crecimiento» de Dennis Meadows. El crecimiento económico salvaje obliga a consumir cada vez más energías basadas en combustibles fósiles, a expulsar más CO2 a la atmósfera, más de lo que esta puede reciclar. El crecimiento económico capitalista según Hubbert se debe al interés bancario que obliga a hacer crecer el dinero de forma exponencial, es decir cada vez más rápidamente. Este mundo ideal e ilimitado del capital y de los intereses choca frontalmente con el mundo físico donde los recursos naturales como el petróleo son limitados. Para evitar el incremento del dinero por encima de los recursos, es decir la inflación, se debe utilizar cada año un porcentaje mayor de energía y de recursos naturales, pero los recursos del mundo físico no pueden crecer exponencialmente, tienen un límite.

El profesor Marzo opina que los únicos que han sido coherentes en Bali han sido los países que insisten en defender que el crecimiento económico  sólo es posible incrementando el consumo energético, a diferencia de otros países occidentales que opinan lo contrario en una actitud hipócrita y superflua. Según Marzo el cambio real y radical sucederá si estamos dispuestos a cambiar el paradigma energético y socioeconómico, es decir abandonar el capitalismo actual basado en un crecimiento infinito que no tiene en cuenta los daños que está provocando en el entorno, ya que este sistema es incapaz de crecer sin la ayuda de los recursos naturales, es un sistema que necesita de la realidad física pero que la desprecia. Así no sólo tendremos que mirar hacia la tecnología de energías renovables, también tendremos que empezar a dirigir nuestra atención hacia el sistema bancario. Esto conllevará un cambio sociocultural basado en las energías limpias, en la eficiencia y sobretodo en el decrecimiento económico o el crecimiento cero renunciando a un modelo económico que exige un consumo tan demoledor de energía.

Según la tradición hace unos dos mil años nació un tal Jesús, el 25 de este mes los cristianos celebrarán su nacimiento. Pues bien, Jesús dijo “El que trate de salvar su vida la perderá; y el que la pierda la conservará”, esto se puede interpretar de múltiples formas, aquí va una: si queremos mantener el estándar de vida actual de los países occidentales, basado en el consumo salvaje y el desprecio por la madre Tierra, tened por seguro que sucumbiremos como moscas fumigadas, sin piscinas climatizadas ni jacuzzis burbujeantes.

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