Jorgito, un jubilado que ha trabajado en el sector de la construcción, abre una cuenta en el Banco Villadiego de Arriba e ingresa sus ahorros, imaginemos que unos 100.000 euros, ¿de que me suena esta cifra?. El banco, como es natural no mantiene sus fondos en sus instalaciones, no le resulta rentable, intenta invertirlo como sea, pero está obligado a mantener un tanto por ciento en líquido, por aquello de que Jorgito y otros clientes vayan al cajero de una sucursal de Villadiego de Arriba y quieran disponer de efectivo para sus cosillas. Este tanto por ciento que mantiene en sus instalaciones se llama coeficiente de caja o encaje bancario y se trata de una normativa de los Bancos Centrales. Supongamos que el coeficiente de caja es del 2%. En el Banco Villadiego de Arriba saben que de los 100.000 euros de Jorgito tendrán que permanecer 2.000 euros en su caja fuerte, pero 98.000 euros los podrá dedicar para inversión o para conceder créditos.

Jaimito es un joven que se va a casar con su novia de toda la vida y deciden pedir un préstamo hipotecario al director de una oficina del Banco Villadiego de Arriba para comprarse un piso y el director después de asegurarse – ¿muy bien? – les concede el préstamo. Imaginemos que el piso cuesta 98.000 euros, ya se que es mucho imaginar, aunque a este paso no me extrañaría que volviéramos a estos precios, bien, volvamos al cuento, los 98.000 euros de la cuenta de Jorgito van a parar al vendedor del piso de Jaimito, a Juanito. En realidad a Juanito le llegan los 98.000 euros por trasferencia bancaria a su cuenta del Banco Villadiego de Abajo, donde guardan el 2% en la caja y el 98% lo destinan de nuevo a inversión o a conceder créditos. En este caso el 2% de 98.000 son 1.960 euros y el resto – 96.040 euros – raudos y veloces se van a otro depósito siguiendo el mismo procedimiento.

El dinero respetando la regla del coeficiente de caja sigue saltando de depósito en depósito hasta que ya no queda nada que invertir, de tal forma que, como en la parábola de los panes y los peces, los 100.000 euros de Jorgito se multiplican siguiendo una progresión geométrica por el efecto del sistema bancario en lo que viene a denominarse multiplicador del dinero. Por tanto siguiendo una formula muy sencilla, dividiendo el depósito inicial por el coeficiente de caja, tenemos que el importe total de los depósitos generados en el caso del depósito inicial de Jorgito es de 5.000.000 euros de dinero bancario. Para hacer el ejemplo más claro hemos obviado el coeficiente de retención, que se trata de un coeficiente que refleja lo que se queda el cliente en efectivo sin ingresarlo en un banco.

-click en la imagen para ampliar-

Todo este sistema piramidal o burbuja, porque no se me ocurre otra forma de llamarlo, es una de las bases del capitalismo y funciona perfectamente mientras la gente no se vuelva loca e intente retirar todo el dinero de sus cuentas, porque de los 5.000.000 de euros del ejemplo, sólo 100.000 son aparentemente reales y el resto se trata de dinero bancario, virtual, apuntes en ordenadores, bytes.

Y menos mal que existe el coeficiente de caja. ¿Si el coeficiente de caja fuera cero sabeis cual sería el importe total de los depósitos generados?. Deposito inicial dividido por cero = ejem, infinito…

Vean este interesante vídeo relacionado con el cuento de Jorgito, Jaimito, Juanito y de todos nosotros…: