La desamortización de las almas

Atrapado en la red

Las manos muertas eran aquellos bienes del Antiguo Régimen que no se podían vender, permutar o transferir en modo alguno, es decir estaban fuera del mercado y no podían ser comercializados como mercancía. Los bienes comunales eran un ejemplo muy importante de bienes de manos muertas, que estaban a disposición de los vecinos como complemento para su subsistencia. Cuando los bienes de aprovechamiento comunal y bienes de propios se mercantilizan durante las desamortizaciones, las familias campesinas que dependían de estos bienes para subsistir, se veían obligados a su vez a mercantilizar su fuerza de trabajo. Era un paso más hacia la conversión de los seres humanos en mercancía, en objeto, de un modo como no sucedía desde los tiempos de los antiguos esclavos romanos, los instrumentum vocale. Es cierto que en aquella época existían otros complementos para la subsistencia, donde la fuerza de trabajo era un elemento de intercambio, como el trabajo a jornal (pago en especie normalmente) para las casas grandes, pero era un complemento esporádico que no ponía en cuestión la relativa autonomía del campesinado. El sustento principal era el trabajo en la casa, el trabajo en la propiedad familiar (huertos, corrales, etc) y luego existían una serie de complementos que no sólo tenían un carácter económico, sino también social, cultural e incluso político y espiritual.

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