Ramana Maharshi fue uno de los grandes místicos que nos dio el siglo XX. Nació en la India, en una aldea llamada Tirocculi, pero pronto se hizo universal y caló en lo más profundo de muchas personas. Todo empezó un día, se sintió angustiado y pensaba que iba a morir, cuando ya creía que la muerte estaba cerca, sin nada que perder, manteniendo el aire en sus pulmones, en una duradera apnea dijo: “Mi cuerpo está muerto, pero yo aún vivo”. Desde ese trascendental momento en el que se dio cuenta que no era su cuerpo supo que se tenía que dedicar a la indagación del ser: “¿Quién soy yo?”. Muchos filósofos, maestros y místicos han sentido la influencia de Ramana Maharshi, incluido Antonio Blay y alumnos suyos. Seguro que aquellos que conozcan sus enseñanzas se sentirán felices al recordar algunas de sus palabras.